et verbo caro factum est

Filosofando

EMMANUEL MOUNIER MANIFIESTO AL SERVICIO DEL PERSONALISMO CAPÍTULO II
¿QUE ES EL PERSONALISMO?
Los principios de una civilización personalista, está el de ser una civilización donde las estructuras y espíritu están orientados a la realización como persona, de cada uno de los individuos que la componen, así decimos que: persona es un ser espiritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de independencia en su ser; mantiene esta subsistencia mediante su adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y vividos en un compromiso responsable y en una constante conversión; unifica así toda su actividad en la libertad y desarrollo, por añadidura, a impulsos de actos creadores, la singularidad de su vocación.
Persona, es difícil de definir al hacerlo lo dejamos de reconocer como total, un absoluto respecto a las demás personas, no se ha de confundir como ´parte de un todo sino siempre en su particularidad. la vida personal es, en efecto, una conquista ofrecida a todos, y una experiencia privilegiada, al menos por encima de cierto nivel de miseria. de ahí que haya muchos ciegos que niegan el personalismo. Además la persona se reconoce en la libertad, y en lo derechos, por su dignidad, pero al hacer distinción de personas, se cae en el viejo individualismo.
Como encarnación y compromiso, persona e individuo, veamos primero que individuo será reflujo en mi capacidad desordenada e impersonal de la materia, objetos, fuerzas, influencias en las que me muevo. Así que avaricia y dispersión son dos signos de individualidad de la persona. Y haciendo que su espiritualidad dependa estrechamente de la individualidad material, contrario al señorío, elección y generosidad de la persona.
Solo despojada de la avaricia y recogida en su esencia tendrá la muerte en el sentido cristiano (Vgr. el paso a la vida eterna), pero antes que la vocación se ha de comprometer a la misma para responder a la acción que permita estar cerca de una libertad material, esta es vida de presencia y compromiso, pero antes que una ideología esta la persona.
Como la integración y singularidad persona y vocación, hablamos de individuo encarnado, la cara irracional de la persona, donde llegan los alimentos oscuros relacionados con la nada, descubriendo que el envidiar, desear o codiciar, hace de la persona esclava, pues no es ella misma, y no hay dominio de sí; además se ha de buscar el principio creador en lo que somos llamados, que no reduce, sino que salva, y lo realiza al rehacerlo desde el interior, la vocación, misma que la educación fomentará desde la niñez, y se reconocerá como el máximo fundamento y ayudarle a liberarse de los errores y conformismos.

LA PERSONA ES UN YO LIBRE

Caminamos en medio de las plazas, vemos gente pidiendo limosna, algunos comprando exageradamente, y asegurando que ello les es indispensable; pocos descubren la necesidad del otro, pero esto va más allá de un simple tener compasión, sino de una misericordia y acción. Englobada desde el ámbito personal… pero quien es este animal del mito del rey Edipo de Sófocles, que “por la mañana camina a cuatro patas, por la tarde a dos y por la noche a tres” , que se encuentra en crisis…
El ser humano, que es una totalidad, es un “Individuo de orden espiritual” ,por ende es incomunicable y esa incomunicabilidad no es en el sentido de que no se pueda relacionar, sabemos que el ser humano es definido, desde hace ya bastante tiempo como “individua substatia rationalis naturae” que nos viene desde el rico legado de Boecio, es una substancia que le es participado el ser en un grado mayor que al de las plantas y animales brutos, se le “añade a la naturaleza individual completa el ser substancial debido a su naturaleza cuando la naturaleza es racional se llama persona” , así descubrimos al ser humano como un ente mas pero con la peculiaridad de la racionalidad, la cual abarca tanto sus sentimientos, pensamientos como hasta sus propias obras.
Cuando decimos que es individual se refiere que a razón de la materia se podrán llegar a encontrar muchos individuos de la misma especie pero nunca idénticos, su espiritualidad, abarca la característica de como la divisibilidad de los individuos no pueden tener como principio a la sola materia, en su caso, la carne (forma de la materia) porque es indeterminada, es finita y necesariamente admite la posibilidad de la cantidad, y por tanto de un principio vital que sea distinto al de los otros seres. La espiritualidad (identidad y vocación más profunda) del ser humano es “encarnado, corporalizado… se designa a aquella dimensión del hombre: su inteligencia, y voluntad, su libertad su conciencia y su mente, cuyo ejercicio siempre se lleva a cabo en y mediante el cuerpo” .
Ahora bien comúnmente se le ha reconocido a la persona como, a alguien que es responsable, que es de confianza etc. O se le ha relacionado de manera casi despectiva, como la que realiza tal o cual actividad, pero veamos un concepto más aproximado a la realidad humana.
Emmanuel mounier define persona como “Un ser espiritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de independencia en su ser; mantiene esta subsistencia mediante su adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y vividos en un compromiso responsable y en una constante conversión; unifica así toda su actividad en la libertad y desarrollo, por añadidura, a impulsos de actos creadores, la singularidad de su vocación” . En las visiónes tanto escolástica como personalista recalcan la importancia de la espiritualidad frente al materialismo inminente de la visión marxista (que tanto dolor y sufrimiento ha provocado a lo largo de la historia), donde el ser humano es el medio para alcanzar el cometido personal, de manera que pueda quitarse la alienación, y la niztcheana, que desea el poder y la autorrealización burguesa, dando la posibilidad de destruir a quien este obstruyendo el camino. Solo el hombre es el que puede autodeterminarse a sí mismo e incluye ya la capacidad de la libertad que posee el ser humano, que, aunque es contingente, subsiste por otro, pero es ser para el otro, pues la persona libre asume deberes, incluso carga con los deberes de los demás, su libertad termina donde comienza la del otro, entendiendo la libertad como “la inmediatez mediada…el elemento esencial del espíritu (que)…explicita del querer y del actuar, la existencia espiritual es libre por su misma esencia. La espiritualidad solo es posible desde la libertad”
Entonces se mantiene esa subsistencia por el respeto a sus valores, sabiéndose realmente señor de sí mismo, (la ipseidad) es decir actuando con autodisciplina; respetar sus principios y valores, pero claro sabiéndose contingente, la persona esa en potencia de recibir nuevas perfecciones, y está en su voluntad el poder ser señor de si, pues “es en el agente (persona) el principio de toda practica; lo mismo que el objeto de la acción y el de la elección” , por ende este es el motor de ese proceso de conversión que no es otra cosa que el saber elegir qué y cómo obrar.
Cuando se decide por algo o alguien etc., se le acepta, interna y externamente, empero debo aceptar las normas, actividades y visión fruto de la elección y actuación, (Vgr. Deseo ser sacerdote, ¿pero no rezo?) y saber que “yo” siempre será enfrente al “tu” para que, una vez elegido, sea el nosotros comunitario. El yo se despliega, sale de sí mismo cuando realiza una acción libre, no es posible concebirle como una mecánica de vivencias aisladas, y “surge un momento de una iniciativa, el sujeto prescinde de todo lo circundante… recibe su sentido plenario no por el simple actuar sino por la recta actuación… la auténtica libertad termina en verdad y orden” .
Admiramos a las personas que en lugar de dejarse arrastrar por las pasiones, las dominan, dejándose dominar por la actitud virtuosa. Desprenderse de los bienes, es un desapego del yo, por ello, nuestro entorno admira la ascesis y practica el egoísmo, decuidando a la sola templanza que dará recogimiento que dé frutos de madurez y equilibrio. Así la persona temperada podrá ser aquella que es libre, puesto que vive en el equilibrio y las desiciones requieren de moderación, y determinación .
Para finalizar solo el hombre que no es esclavo podrá ser realmente, él mismo, y su deber como persona, ser verdadera persona ayudando a los demas a serlo; un egoista, un vicioso es una cara para el otro, pero la persona sabe del gran principio etico “haz el bien y evita el mal”, claro un bien con un mal se paga y eso esta en la linea del amor, nunca te llegaran a corresponder con un don igual. Así que “la libertad no es algo abstracto sino una categoria del hombre concreto…neesita llenar su vioda con quehaceres que lo lleven a su vida autentica, dirigiendose ala realización de su vocación, es libre para elegir sus quehaceres genuinos” .

Carlos Martín Hernández Plancarte. Lunes, 18 de octubre de 2010